SOCIALISTAS DE IZQUIERDA |
REUNIÓN DE JUNIO DE 2001 *** CONTRIBUCIÓN AL DEBATE |
Héctor Vega |
1.
Una visión políticamente errada de los problemas del país El gran ausente del Mensaje Presidencial del 21 de mayo (2001) son los
actores sociales. ¿Cómo se sitúan en los cambios anunciados y las metas propuestas, las
centrales sindicales (CUT, médicos, profesores), las corrientes de opinión no oficial
(partidos políticas de izquierda, humanistas, ecologistas, etc.) el campesinado, los
empresarios, los pueblos originarios (mapuches..), los jóvenes, estudiantes, etc? Las
consecuencias de esta política repercuten en las grandes reformas del Estado y de la
economía cuya factibilidad son problemáticas. Es más, esta política lleva al gobierno
a aislarse políticamente. En lo político, muchos de los sectores mencionados han sido marginados. No
participan en las decisiones del sistema. ¿Cómo pueden pesar en él, para ejercer las
transformaciones necesarias del Estado, si en ninguna parte se menciona terminar con el
sistema binominal de elecciones? Asumimos en consecuencia que la voluntad del gobierno es seguir con su
política continuista del sistema económico y social de la dictadura, que si bien le
permitió alcanzar en los primeros 6 años del gobierno de la Concertación, una tasa
promedio de 7,2%, la experiencia de los últimos 3 años demuestra la ineficacia social y
política de continuar en la misma vía. Con relación al empleo, 60000 de los puestos de trabajo anunciados dependen
de parámetros que no controla el gobierno, pues se refieren a subsidios al sector privado
para la contratación de mano de obra. Sin certitudes sobre: (a) el costo del dinero; (b)
el aprovisionamiento de insumos; y (c) el nivel de ventas, variables todas, que en parte
no menor, dependen de la situación externa, el límite de las medidas es el monto en que
se fijó el fondo de contingencia. Esta es la lógica del PEM y el POJH, que se basa en
una visión de conservantismo compasivo, incapaz de reactivar la economía
nacional y menos recuperar las tasas de crecimiento que el gobierno postula. El resto del programa de 150 mil empleos, 18.000 se atribuyen a nuevos
proyectos de riego y forestales, 32 mil a programas del Ministerio del Interior, 18.000 a
programas FOSIS de MIDEPLAN y 22 mil a adelanto de obras en vivienda y obras públicas.
Ninguno de ellos se inserta en programas de empleo donde el sector privado pueda tomar el
relevo para cuando los fondos públicos se agoten. El gran ausente en estos programas es el sector privado. Consecuente con la
lógica de entregarlo todo al funcionamiento del mercado, el gobierno destierra la palabra
planificación en el lenguaje económico, aún cuando se ha probado que en época de
crisis, los estímulos a la economía, ó, son tardíos, ó, simplemente no operan. Es lo
que ocurre cuando la incertidumbre se ha instalado en la economía. Clima que sólo puede
transformarse con las certitudes que corresponde al gobierno otorgar mediante la
planificación, en concertación, con el sector privado de las medidas anticíclicas en
materia monetaria, financiera, abastecimientos de insumos, precios, aranceles, medidas
para arancelarias, medidas antidumpings.
2. La política y el Estado-Nación se
ven desplazados por el mercado. El Estado-Nación pierde progresivamente su capacidad de cobrar impuestos,
estimular el crecimiento y asegurar de esta manera las bases esenciales de su legitimidad.
No hay compensaciones a esta pérdida de poder. Por el contrario, cuando el mercado libre
impone su precio, los gobiernos entran en una puja afiebrada por abaratar costos,
asegurando ganancias obscenas al precio de salarios de hambre, desempleo y
marginalización social de los más pobres de la sociedad. Es tal la pérdida de poder del
Estado-Nación que es incapaz de coordinar políticas fiscales sociales y económicas
destinadas a corregir el mercado. De esta manera, las decisiones democráticas, adaptadas
de una manera formalmente correcta, pierden toda credibilidad. |
Los Estados son obligados a adoptar políticas que dañan de manera
irreparable la cohesión de las sociedades civiles (privatizaciones que acarrean
desempleo, políticas de ajuste estructural, políticas de crecimiento sin empleo, etc.).
Para asegurar continuidad al desarrollo de su economía, el Estado chileno abre las
fronteras al capital multinacional. Aprueba leyes, suprimiendo los impuestos a las
utilidades de las empresas. En Chile, las empresas no pagan impuestos. El Estado mira para
el lado para no ver el fraude tributario cometido por las empresas del cobre. El estado
peruano compite con Chile en el decenio de los 90 para ponerse al nivel de una las
legislaciones más permisivas en el mundo (la chilena) relativas a materias de concesiones
mineras y de impuestos. Es la demisión total de los poderes del Estado. En ese contexto
la afirmación que es necesario "dejar que las instituciones funcionen" es el
reconocimiento más explícito de la impotencia del Estado-Nación que ha dimitido de
todos sus deberes, donde el principal, es trabajar por el bienestar del pueblo y en
especial de los más desposeídos. 3. La emergencia de un contrapoder
social La emergencia de "conflictos duros", revela la violencia de las
situaciones cuando desaparecen las fuerzas de trabajo (por efecto de las privatizaciones,
en fin por el crecimiento sin empleo). El sindicalismo revive, véase la huelga general de hoy 21 de marzo de 2001
en Argentina, las huelgas de Daewo en Corea, Verizon y Boeing en Estados Unidos. En esas luchas y tensiones está presente la
transformación de las relaciones de producción, pero lo esencial en las nuevas luchas no
esta allí, sino en la producción de relaciones. De lo que se trata es cambiar el
sistema, es decir reemplazarlo. El sujeto del cambio, de la transformación, no es
exclusivamente la clase obrera, sino también los pueblos originarios (Chiapas, mapuches,
altiplánicos, misquitos
), los pobladores, los movimientos de mujeres, el movimiento
de los negros en Ecuador y Colombia, los campesinos sin tierra (Brasil), las asociaciones
de desempleados, los movimientos por los derechos humanos y contra la tortura, las ONG,
los grupos ecologistas, los grupos por un comercio justo, etc. Todos ellos constituyen un contrapoder
- diverso en sus orígenes, heterogéneo en su realidad - expresando más la crítica al
sistema que la fidelidad a un partido política. En ello está la riqueza de la protesta,
los propósitos y la conciencia por la transformación del sistema. Pues el apoyo masivo
de los movimientos sociales resulta más del temor a las crisis del sistema económico que
de la legitimidad de las reivindicaciones específicas y ello lleva a la protesta masiva.
La cual, en sus propósitos supera las diferencias sociopolíticas y la sitúa en un
terreno propicio a la búsqueda de nuevas alianzas sociales. Se trata de la búsqueda de
nuevas relaciones de fuerzas para alcanzar los objetivos de afirmación democrática y
social de los pueblos. 4. La mundialización de las luchas
sociales Frente a la falta de autoridad del
Estado-Nación para representar a sus pueblos; frente a la ausencia de autoridad
internacional capaz de enfrentar eficazmente la acción de los especuladores (predadores)
internacionales; frente al mercado mundial dominado por las transnacionales; frente a la
imposición de la ley del mercado para definir el derecho a la vida digna, el derecho al
trabajo (¡ojo! no la empleabilidad), la defensa del medio ambiente; frente a la
explotación indiscriminada e irresponsable de los recursos no renovables del planeta
colocando en peligro la supervivencia del género humano, en fin, frente a la globalidad
de la explotación, es necesario que definamos los elementos de un internacionalismo
popular capaz de dar a las luchas sociales un alcance mundial y con ello contribuir
positivamente a la elaboración de una alternativa a la globalización propuesta por el
neoliberalismo. Con el tratamiento reiterativo de que el comercio y la historia se sitúan en
planos distintos, el gobierno de la Concertación persiste en colocarse fuera del proyecto
integracionista latinoamericano, sin ninguna certeza que sus propuestas serán acogidas
por EE UU o la Unión Europea. |
|